
En este tomo presenciamos el triunfo material del Partido que Miramón calificó con estas exactas palabras: "enemigo salvaje, sin fe y sin honor, que tiene por principio violar las capitulaciones que celebra [...]; que asesina en las tinieblas de la noche a sus prisioneros, sin respetar sus heridas, y que levanta sangrientas hecatombes con los vencidos".
Los vencedores se mancharon no sólo con la devastación del país y con la traición a la Patria, sino también con la más mezquina ruindad y la falsedad más escandalosa.
Los vencedores se mancharon no sólo con la devastación del país y con la traición a la Patria, sino también con la más mezquina ruindad y la falsedad más escandalosa.