
De 1927 a 1929 importantes contingentes de mujeres católicas se incorporaron a la denominada guerra cristera, venían en su mayoría de las organizaciones religiosas y sindicales de empleadas y obreras fundadas por la Unión de Damas Católicas años antes. No eran simples auxiliares sino protagonistas principales de importantes acciones de apoyo a la rebelión.
Ellas se agruparon en una organización secreta y militar denominada Brigadas de Santa Juana de Arco, que bajo un sistema jerárquico de disciplina castrense, apoyaron a los cristeros en la logística que abarcaba: alimenos y pertrechos, atención sanitaria, espionaje y correo así como la asistencia a los familiares de los combatientes.
Este libro analiza la organización femenina católica, primero de 1912 a 1926 para después reconstruir la historia de las Brigadas de Santa Juana de Arco a través de los testimonios existentes, ya que fueron destruídos sus archivos y obligadas a callar en un intento de borrar la historia y silenciar la verdad.
Ellas se agruparon en una organización secreta y militar denominada Brigadas de Santa Juana de Arco, que bajo un sistema jerárquico de disciplina castrense, apoyaron a los cristeros en la logística que abarcaba: alimenos y pertrechos, atención sanitaria, espionaje y correo así como la asistencia a los familiares de los combatientes.
Este libro analiza la organización femenina católica, primero de 1912 a 1926 para después reconstruir la historia de las Brigadas de Santa Juana de Arco a través de los testimonios existentes, ya que fueron destruídos sus archivos y obligadas a callar en un intento de borrar la historia y silenciar la verdad.