Cuando la pandemia, la infodemia y la psicosis del COVID terminen (si es que terminan…), sea de una forma u otra, el mundo no volverá a ser el mismo.
Hoy una humanidad angustiada, especialmente en Europa, anhela recuperar la normalidad, poco importa que sea nueva o vieja.
¿Cómo podemos adoptar una mirada más precisa y más seria? No lo lograremos sin liberarnos antes de una serie de lugares comunes, de prejuicios, de deformaciones que acompañan las visiones simplistas y precipitadas.
No lo lograremos si seguimos prisioneros de la mentalidad y del lenguaje contemporáneos, si no sabemos profundizar más allá de la superficie; si no sabemos conciliar al mismo tiempo capacidad de síntesis y de análisis; si no integramos y superamos las deformaciones originarias de derecha e izquierda. No hablo solo de política o de economía, hablo de concepción del mundo.
Hoy una humanidad angustiada, especialmente en Europa, anhela recuperar la normalidad, poco importa que sea nueva o vieja.
¿Cómo podemos adoptar una mirada más precisa y más seria? No lo lograremos sin liberarnos antes de una serie de lugares comunes, de prejuicios, de deformaciones que acompañan las visiones simplistas y precipitadas.
No lo lograremos si seguimos prisioneros de la mentalidad y del lenguaje contemporáneos, si no sabemos profundizar más allá de la superficie; si no sabemos conciliar al mismo tiempo capacidad de síntesis y de análisis; si no integramos y superamos las deformaciones originarias de derecha e izquierda. No hablo solo de política o de economía, hablo de concepción del mundo.