
“Los cuadros intelectuales de las diferentes ligas nacionalistas, patrióticas e incluso posteriormente fascistas, que surgieron en la década de los treinta, se habían formado bajo la tutela de Maurras. Ello no signi?ca que, como algunos han pretendido, el periodista y pensador francés fuera el padre del fascismo francés. Hemos de a?rmar que el pensamiento de Maurras se resiste a ser clasi?cado en categorías demasiado estrechas. Bien es cierto que algunos denominaron a su obra intelectual un “tradicionalismo de izquierdas”; otros, como Alain de Benoist, son inmisericordes con su ?gura y le acusan de sostener unas doctrinas contradictorias y arcaicas. Pero lo que es innegable es que su pensamiento impregnó a una buena parte de la intelligentzia francesa que tuvo múltiples derivadas y concreciones políticas muchas veces opuestas entre sí”.