1a edición, Ediciones Fides (2020)
Tapa blanda
15cm x 21cm, 176 páginas
Al leer Cuando vestíamos de negro lo primero que destaca es el sentido del humor y una ironía, a veces algo amarga. La ironía bien entendida empieza por uno mismo y esta receta la aplica el autor, con ejemplar maestría literaría, demostrando una vez más que el sentido del humor es patrimonio de personas inteligentes, razón por la cual la mayoría de los políticos carecen de él. José Alsina Calvés
Silencio largo porque todos éramos de la misma generación y habíamos sido amigos. Después alguien dijo ¿Os acordáis de los cursillos de formación del Valle de los Caídos?
Hablar de escribir un libro es fácil, ¿pero que contamos?
Pues lo nuestro Tuvimos vidas divertidas
Yo no diría divertidas, pero al menos tenían sentido
Valentín de Armas