2a edición, Ediciones Ojeda
Tapa blanda
13cm x 19.5cm, 130 páginas
Está claro que la Revolución Soviética fue financiada por el Capitalismo occidental. La URSS y sus satélites fueron ayudados económica y financieramente por estados y macro-empresas de Occidente. Esa ayuda se prolongó hasta el terreno militar, incluso en plena "guerra fría" y tuvo su corolario de apoyo político en las Conferencias de Yalta y de Helsinki. Tales ayudas fueron permanentes y se hicieron a espaldas de los pueblos de Occidente, a los que se exigió, no sólo pagar esa ayuda, bajo forma de impuestos y de sacrificios patrióticos, sino también contribuir con el "tributo de la sangre", en guerras pantalla, destinadas a terminar en tablas y sin otro propósito que dar carnaza a las industrias armamentistas, entretener al personal e ir avanzando, paso a paso, inexorablemente hacia el Mundialismo preconizado por el Sistema y prefigurado, de momento, por la ONU, el Nuevo Orden Mundial que hizo vocear a su pregonero, George Bush senior y a sus sucesores Clinton y George Bush junior.