1a edición, Editorial Justicia Valor Paz (2022)
Tapa blanda
17cm x 24.5cm, 219 páginas
¿Por qué habiendo transcurrido más de setenta años desde el fin de la II Guerra Mundial se hace necesario volver a la Alemania de Hitler para releer antiguos textos y nuevas investigaciones? La respuesta a esta pregunta es simple, clara y directa: muy pocas veces desde la posguerra ha existido -salvo excepciones- una aproximación real y transparente al nacionalsocialismo.
Ha sido la llamada historia oficial, la que le ha catalogado como un movimiento sin sustancia ideológica, que más bien se acomodó a los acontecimientos, aprovechó coyunturas políticas y de alguna forma misteriosa pudo hipnotizar a las masas gracias al canto histérico del antisemitismo. De allí que éste quedase estereotipado como una doctrina sin fundamento ni coherencia.
Sin embargo, a partir de esta nueva investigación ha sido posible confirmar que el nacionalsocialismo tuvo un fundamento bastante elaborado. Es lo que se llamó la Cosmovisión (Weltanschauung, en alemán): una visión de mundo de carácter biologista y altamente científica, que se estructuró abandonando todo tipo de ideologías abstractas para reencontrar aquellas leyes naturales que rigen a todos los organismos de la tierra.
A través de la Cosmovisión y las Leyes de la Vida (ley de lucha, ley de selección, ley de fertilidad y ley de herencia, como las denominaron en aquella época), el nazismo buscó el incremento del valor biológico, la especialización evolutiva y el aumento en la capacidad de lucha por la existencia de la población. De ésta visión de mundo derivó además un plan político para conseguir progreso económico y bienestar social.
Con lo señalado se presenta un desafío, y no aquel que pretende doblar la mano a la historia oficial, no que aquella provocación que surge espontáneamente de ir más allá de lo establecido para buscar respuestas sobre ese esquivo fundamento ideológico del nacionalsocialismo, cimentado en los textos oficiales utilizados en la instrucción de la Cosmovisión.