2a edición, Editorial EAS (2016)
Tapa blanda
15cm x 21cm, 138 páginas
Piketty alcanza la visibilidad, cuando publica su obra El Capital en el siglo XXI. Expone el estudio de las desigualdades comparadas en Europa y Estados Unidos en los últimos dos siglos y medio: "El capitalismo de mercado a la larga conducirá la acumulación de la riqueza cada vez a un número inferior de personas. El capital y el dinero producido por él se acumula más deprisa que el crecimiento de las sociedades capitalistas".
Piketty en su obra aporta los minuciosos datos que sostienen su hipótesis inicial y señala un sistema impositivo socialdemócrata para redistribuir la riqueza. Pero su mayor aportación, la que levanta frente a él a contables y otros intelectuales de la prensa salmón, es constatar la progresiva concentración de riqueza en un número reducido de personas y dinastías familiares. Le podrán discutir al francés los números y un porcentaje esquivo, pero establece, en realidad revalida, un viejo axioma, ahora sobre columnas matemáticas. Gustavo Morales (del prólogo)
La riqueza no hay que redistribuirla, hay que conseguir que sea accesible a todos. Cuando se redistribuye, sólo se produce confrontación entre quien la posee, quien tiene la capacidad de redistribuir y quien desea beneficiarse. Dar por bueno el principio de la redistribución de la riqueza supone aceptar la previa acumulación injusta de la misma, para después intentar arreglarlo. Si el sistema fuese justo, no habría nada que redistribuir, porque cada cual se encontraría justamente remunerado en su esfuerzo o cubierto en sus necesidades por la solidaridad del conjunto. Marcos López Herrador (del epílogo)