Este libro pone de manifiesto la profunda ligazón que se da entre cultura y violencia. En la primera parte se exponen las razones existenciales heideggerianas que hay para romper el continuum de la historia de la humanidad en dos mundos antitéticos: a) humanidad auténtica y b) humanidad inauténtica; y en la segunda, se exploran las distintas formas en que tanto los ideólogos del partido como sus brillantes intelectuales de la "revolución conservadora" dedicaron tanto empeño en adorar al Monstruo que iba creciendo de forma cada vez más rápida hasta convertirse en uno de los mitos nazis. Esta obra lucha en sentido contrario al contramovimiento de la historicidad de los pueblos del origen y a su política nazi. Por esta razón se explica de forma crítica el parentesco que se está dando entre los nacionalismos españoles (País Vasco, Cataluña y Galicia) con el axioma existencial histórico-lingüístico heideggeriano de que "el lenguaje es la casa del ser".
